HAZ LAS PACES CON TUS TRAUMAS.

Tenemos pánico a mirarnos por dentro, vamos todos los días con nosotros mismos y a la vez, huyendo de nuestro interior. Eso nos provoca un gran estrés, ansiedad, incomodidad, angustia, insomnio y un sinfín de síntomas más. Nuestros traumas no necesitan ser eliminados, bloqueados ni sanadas, como una forma de quitárnoslos de encima.Nuestros traumas necesitan ser aceptados, comprendidos, sentidos y amados. Si, necesitan ser amados, porque encierran nuestras partes más sensibles, más vulnerables, más asustadas, más frágiles. Sin embargo los encerramos en lo más profundo de nosotros e intentamos olvidarnos de ellos, dejarlos en el pasado y seguir con nuestra vida como si nada.Esto no es posible, hoy somos el resultado de todo lo que nos ha pasado y no hay experiencias que no deberíamos haber vivido, porque las hemos vivido y quienes somos nosotros en nuestra infinita ignorancia, para saber más que la vida que nos ha hecho vivir determinadas situaciones. Hacer las paces con todo lo que hemos vivido es una forma de soltar el dolor, la rabia, la frustración, la tristeza, porque ya no lo negamos, ya no gastamos energía en revelarnos contra ello, simplemente lo vemos como parte de la vida en la tierra, de nuestra experiencia humana. Cuando logramos hacer este gesto con consciencia ocurre algo mágico, la vida ya no tiene que ponernos experiencias similares delante para activar esos traumas, porque,nosotros en nuestra valentía y amor propio, nos hemos encargado de atenderlos, de hacer las paces con ellos.

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